sábado, 9 de abril de 2011

LA HIPNOSIS

Ana miraba la televisión una mañana mientras estudiaba cuando vió que en el programa que escuchaba a ratos un hombre llamado Tony Kamo iba a realizar una hipnosis con la peculiaridad de que se ofrecía a hipnotizar también a aquellos que estaban en sus casas.
Se le ocurrió la sorprendente idea de grabar el programa y así probarlo cuando no estuviera sola. Aquella tarde estaban reunidos en el salón de la casa, Ana, su hermana Blanca y Carlos, el novio de otra hermana que también quería comprobar si aquello era cierto.
De modo que decidieron hacer de conejillo de indias. Ana tenía miedo así que no se sometió a la prueba, pero Carlos y Blanca se concentraron desde el primer momento. Ana se encargó del vídeo y mientras observó la sesión.
Mientras Blanca se llevaba las manos a la cabeza y decía que no lo había conseguido (le dolió la cabeza al intentarlo), Carlos cayó profundamente dormido. El hipnotizador había logrado que Carlos estuviera a sus órdenes.
Se acercaron a Carlos, alzaron su brazo, lo dejaron caer... no se inmutaba por nada. Estaba profundamente dormido. Y justamente Carlos no creía en esas cosas. Al despertar dijo que se sentía descansado aunque algo atontado, y que durante el tiempo que había estado dormido sólo había oido la voz relajante del hipnotizador.
Rebobinaron la cinta y esta vez fue Ana quien probó el experimento a distancia.
Si bien Ana no lo hacía esta vez con temor porque había comprobado que Carlos no lo había pasado mal, lo cierto es que la experiencia fue lo más parecido a una pesadilla, pero en ello tuvieron mucho que ver su hermana y su cuñado.
Escuchó la voz de Tony Kamo, y se rindió ante él, sin embargo lo oía todo, absolutamente todo: podía oir la televisión, podía escuchar a su hermana y a Carlos... pero no podía moverse. Trató por todos los medios de mover un dedo pensando en su interior que ella podría más que el Tony Kamo ese, pero no... sus dedos no se movieron ni un ápice.
Recordó en su consciencia que Carlos había asegurado que no oía más que la voz del hipnotizador, y entonces se dio cuenta de que algo había salido mal. Por eso trató insistentemente de recuperar el movimiento. Y a cada intento el corazón le latía más rápido.
Entonces pasó algo horrible: su hermana y Carlos bromeaban ante la posibilidad de meterle por la nariz una pajita ahora que no se enteraba de nada y así reirse y luego contárselo... El corazón de Ana palpitó con más velocidad y sintió pánico, un pánico que la inundaba de pies a cabeza, un pánico que, de seguir así, le produciría un ataque al corazón.
¡Lo oigo todo! quería gritar. Pero su boca no se abría. Y cuando parecía que iba a estallar escuchó por encima de todo la voz de Tony Kamo: "aquellos que estéis en casa bajo hipnosis, relajaros"... y el cuerpo de Ana se relajó, los músculos quedaron laxos, el corazón rebajó sus pulsaciones....
Entonces sólo quedaba rezar porque todo fuera más rápido pero hubo otro incidente. Escuchó a Carlos decir: "¿paramos la cinta y la dejamos dormir un rato?". Ana volvió a sucumbir ante el pánico y entonces oyó dos cosas: a su hermana decir que no debían hacerlo, y a Tony Kamo decir que iba a despertar a los que estaban hipnotizados en casa.
Cuando Ana despertó les contó a su hermana y a Carlos todo lo que había oido y el pánico que había sentido. Nunca más permitió que la hipnotizaran. Existen muchos tipos de terror, y el de no tener control sobre tu propio cuerpo... puede ser el peor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario