jueves, 6 de junio de 2013
Amanda, espíritu del más allá deseoso de un hombre
Amanda era una chica callada y seria, de recién ingreso a la empresa y con esa cara guapita llamaba mucho la atención, siempre la miraba a los ojos buscando una explicación a su personalidad, cuando la capacité rocé sus manos un par de veces, vi que era muy fría, con la temperatura casi de un cadáver, no quice preguntar para no incomodar pero eso obviamente no era normal.
No te das cuenta de las cosas hasta que las analizas bien, ella no iba al baño, ni tomaba agua, ni tampoco tenía celular, algo muy raro en una chica linda, me empecé a clavar con esta mujer muy rápido, al grado de que a las dos semanas ya la había invitado al cine pero nunca aceptó ir conmigo, eso me hizo obsesionarme más con ella.
Empezó a llegar tarde, la regañaba pero cada día era mas el tiempo que llegaba después de su hora de entrada, una vez tuve que regresarla y le dije que corría el riesgo de perder el empleo por sus llegadas inpuntuales. Tuvo 3 ausencias después de eso, ya estaba prácticamente fuera de la compañía, pasando esos días se presenta muy apenada disculpándose conmigo, le dije que al final del día hablaría con ella, era todo, tenía que correrla.
Cuando se fue el último empleado le dije que me apenaba la situación pero mi deber era darle las gracias, lloró tanto que sentí lástima, vi que era mi oportunidad y no dejaría pasarla por nada del mundo, le ofrecí callar sus retardos y sus faltas si estaba dispuesta a complacerme, ella me miró extrañada, aunque después de 5 segundos entendió el mensaje, pasé al sanitario y cuando había salido las persianas de la oficina estaban abajo y ella estaba sentada en mi escritorio cruzada de piernas y... desnuda, ahora que lo pienso no se como diablos hizo eso en un minuto, me acerqué a ella y no me dijo nada, solo abrió sus brazos para que fundidos en un abrazo empezáramos el acto de amor que tanto había deseado con ella.
Después de esa ocasión nuestros encuentros se volvieron más frecuentes, al grado de que la oficina se volvía motel de paso 3 veces a la semana, ¿quién podría negarse al fruto prohibido de una mujer tan hermosa como Amanda? lo único que no me gustaba era el tono de su piel (pálido como muertito del Semefo) y su temperatura corporal, era como cogerse el suelo, fría como la chingada, cuando tienes sexo indudablemente te pones y pones caliente a tu pareja, ella por más excitada que la veía no podía sentir su calor femenino, por lo demás no tenía queja.
Toda buena historia tiene su final pase lo que pase, Amanda me propuso que dejara a mi esposa para vivir juntos nuestro amor, la idea ya no me pareció tan buena por mis hijos, se lo hice saber y me dijo que me arrepentirá, me dijo muchas groserías, me arañó la cara, me dijo que ya no me podía separar de ella, que estaría conmigo hasta la muerte, eso me dio miedo no por las palabras sino por la expresión en su rostro, como un demonio enojado leyéndote tus últimas palabras, la tuve que correr de la empresa para que no me provocara problemas y a mi esposa le dije que una triste loca del trabajo se había obsesionado conmigo, previniendo cualquier eventualidad y en el futuro, si pasara, negarlo todo.
Al otro día Amanda ya no se presentó a trabajar, pasaron los días y no tuvimos noticias de ella, un poco preocupado y extrañando esas carnes la busqué en su celular pero éste me marcaba inválido, el teléfono de su casa desconectado, su correo se regresaba y lo más escalofriante fue lo que descubrí al irla a buscar a su domicilio, un predio abandonado desde hace años según me informaron los vecinos, al preguntar por la chica con los lugareños ellos me dijeron haber conocido a una chica del mismo nombre en esa casa, jovial y alegre hasta que su papá celoso de que tuviera tantos pretendientes la mata y la descuartiza, para evitar a la ley éste la mete al refrigerador hasta que se descompone y la peste alerta a los vecinos, ella siempre fue muy fría, ahora se porqué.
La he soñado bastantes veces y eso me ha provocado insomnio, en todos los sueños es lo mismo, la veo a lo lejos, me mira, me grita y se convierte en un esqueleto, ya no se que hacer, he ido a la iglesia, al psiquiatra, tomé pastillas que inhiben el sueño pero nada resulta, no se que más miedo me da, el saber que tuve sexo con un espíritu o que Amanda no se irá de mis sueños hasta desquiciarme y lograr que me suicide para que estemos juntos otra vez.
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